En el Día del Patriota honramos la memoria de las casi 3.000 vidas preciosas que perdimos el 11 de Septiembre del 2001 y de cada uno de los héroes que han dado su vida desde ese día para proteger nuestra seguridad y nuestra libertad. Nos unimos hoy para recordar una verdad eterna –cuando Estados Unidos permanece unido, ninguna fuerza sobre la Tierra puede destruirlo. Nuestros valores perduran; nuestra gente progresa; nuestro país vence; y la memoria de nuestros seres amados jamás se desvanece.
A pesar de que aquel fatídico martes 17 años atrás empezó como cualquier otro día, estalló el horror y la angustia cuando terroristas islamistas radicales llevaron a cabo un ataque sin precedentes sobre nuestro territorio. En Nueva York, Virginia y Pennsylvania, los enemigos de la libertad apuntaron a Estados Unidos, pero sus malvadas acciones no pudieron aplastar nuestro espíritu, vencer nuestra voluntad, o disminuir nuestro compromiso con la libertad. A través del polvo y la ceniza, emergimos resistentes y unidos –magullados, pero no quebrantados.
El 11 de septiembre del 2001, el mundo llegó a comprender la fuente verdadera de la fortaleza de Estados Unidos: un pueblo con una voluntad indomable y una sociedad arraigada en los valores atemporales de libertad. El amor por nuestro país se puso de manifiesto a través del ejemplo de estadounidenses que se involucraron en incontables actos de valor, determinación y altruismo. Sus acciones nos dieron esperanza y ayudaron a sostenernos en los días de recuperación que siguieron. Nos conmovió el heroísmo de los pasajeros y la tripulación del vuelo 93 de United que sacrificaron su vida para evitar mayores actos de terror. Nos inspiró la policía y los rescatistas que acudieron apresuradamente a los edificios en llamas para rescatar a los heridos y atrapados y que valientemente desafiaron el fuego, el humo y los escombros, descendiendo a las profundidades de montañas de escombros, ceniza y hierros retorcidos para buscar sobrevivientes. Nos movieron a actuar las hazañas de aquellos que trabajaron en los días y meses subsiguientes, a menudo en condiciones peligrosas, para ayudar en la reconstrucción y recuperación de nuestro país. Los nobles sacrificios de estos verdaderos patriotas están grabados en la notable historia de este país.
Hoy, honramos la memoria de aquellas almas que perdimos el 11 de Septiembre del 2011 y rendimos tributo a todos los patriotas que han sacrificado su vida en defensa de la libertad. Oramos por los soldados, marinos, aviadores y guardias costeros que actualmente trabajan para defender al país. Agradecemos a los dedicados hombres y mujeres que mantienen nuestro territorio seguro y a salvo. Aplaudimos a los patriotas ignorados en los municipios, centros comunitarios y lugares de adoración en todo el país cuyas acciones sencillas de bondad definen la grandeza de Estados Unidos.
Por resolución conjunta aprobada el 18 de diciembre del 2001 (Public Law 107-89), el Congreso designó el 11 de Septiembre de cada año como el Día del Patriota.
Por lo tanto, yo Donald J. Trump, Presidente de los Estados Unidos de América, por la presente proclamo el 11 de Septiembre del 2018 como Día del Patriota. Hago un llamado a todos los departamentos, agencias e instituciones de Estados Unidos para que desplieguen la bandera a media asta en honor de las personas que perdieron su vida el 11 de Septiembre del 2001. Invito a los gobernadores de Estados Unidos y sus Territorios y a las organizaciones e individuos interesados a unirse a esta conmemoración. Hago un llamado al pueblo de los Estados Unidos para que participe en servicio comunitario en honor de aquellos que perdimos, para que observen este día con ceremonias y actividades apropiadas, incluyendo servicios de remembranza y que observen un minuto de silencio a las 8:46 AM (Eastern Daylight Time) para honrar a las víctimas inocentes que perecieron como resultado de los ataques terroristas del 11 de Septiembre del 2011.
EN TESTIMONIO DE LO CUAL, pongo mi firma este día diez de septiembre del año del señor dos mil dieciocho y doscientos cuarenta y tres de la Independencia de los Estados Unidos.